Querido Ángel,

Eres el mismo aire que respiro, el mismo amor que necesito, mi corazón, mi alma, mi todo. La más dulce de mis memorias viene cuando pienso en ti. Recuerdo el primer día que te vi, yo no podría creer que miraba un ser humano. Me pellizqué lo más fuerte creyendo que eras un sueño, pero no fue así. Por un momento creí que estaba en el cielo; Incluso bailé la música que los ángeles cantaban. Pero abrí los ojos y me di cuenta que no estaba en cielo, que un ángel había venido a conocer la tierra para entregarse a mí.

La música de tu voz sobrepasa el de la orquesta más grande que existe. Tu piel es más suave que el satén más fino y brilla intensamente, tan radiante que se ilumina como el sol, tan bella como agua clara y cristalina. Tus ojos bailan como rayos en el sol, promulgando la belleza exótica dentro de su ser íntimo. Escribiendo solo me limito a explicar exactamente cómo me siento cuando estoy contigo.

Puedo decir que eres el único hombre para mí, el único quién toco y entendió el dolor para entenderme. Tú siempre secas cada lágrima que corre por mis mejillas. Amarte es la mejor cosa que me ha sucedido y acariciaré siempre esa sembrada pasión de amor puro que pasamos juntos.

Cada noche sueño con el cielo en donde todas están buscando un ángel, uno falto porque tu caminaste en mi vida, ese día todos mis dolores fueron lavados, mis heridas fueron sanadas y sólo quedó en mi vida y en mi ser una profunda felicidad tan especial que sólo podría venir de un ángel. Tú eres mi ángel y estarás por siempre a mi lado y yo estaré junto a ti para apoyarte y hacerte inmensamente feliz, tanto que nunca querrás volver al cielo.

Te amo.

Elsa