por Pablo
Ahora que no estás conmigo y hago surcos en el cristal de mi habitación, siento que mis lágrimas me arden por dentro, siento que un día volverás a cruzar la calle y los mil kilómetros que nos separan. Y yo estaré allí bajo la lluvia, por si un día decides regresar, por si te va mal en tu nueva vida y recuperas lo que pudo ser parte de un viejo recuerdo, que se pierde entre la niebla de un lejano y oscuro lugar. Te vas diciendo que haces caminos sin saber por donde vas, pero se que así eres tú, no puedo pedirte que pienses en mí, que me recuerdes alguna vez cuando no puedas más, pero si pudieras dedicarme un segundo de tu nueva vida, cerrar los ojos fuertemente y pensar, que a pesar de que nada será igual, de que es demasiado tarde para lamentar haber cogido ese avión… dame un siempre, porque yo te daré un «toda la vida».