Hola mi chiquita, quiero comenzar a decirte en estas primeras líneas, que te extraño mucho y que eres tan más que especial para mí y que tú siempre has iluminando mi corazón con las cosas que haces y dices. Me siento muy feliz con sólo estar a tu lado de esta manera. Eres mi chiquita, y siempre serás chiquita. Pero sobre todo tú siempre serás el amor de mi vida, y por favor, nunca te rindas o desanimes, siempre ten fe en ti misma y obtendrás el mejor regalo de todos, el don de la esperanza y el amor que justamente mereces.
Cada momento que compartimos juntos nos acercamos más. Te confieso que simplemente estoy buscando el momento, esperando para volver a verte, el poder abrazarme tan fuerte que sientas con tan sólo un beso, todo el amor del mundo en tan sólo un segundo de nuestras vidas.
Nunca me olvidaré de ti. Espero que todavía pienses en mí también. Te amo con todo lo que soy, todo lo que era yo y todo lo que alguna vez seré. No puedo esperar el estar contigo de nuevo, ver tu sonrisa, la mirada en tus ojos, sentir tu toque dulce, escuchar tus palabras perfectas y besar tus labios perfectos. La forma en que siento por ti algunas personas lo llaman locura juvenil, pero yo lo llamo el verdadero amor. La edad no hace al amor, tú con 15 yo de 17 ¿y qué? Dios me pone a prueba y me está dando la oportunidad de esperarte y me otorga el don de la esperanza, con la cual me ayuda a seguir amándote cada día más y más, sin pensar hasta cuándo. Eres la luz de mi corazón y llenas de vida. Eso Dios no lo apartara jamás más bien lo bendecirá.
Muy cerca de ti,
Adán